En Pre-Textos partimos siempre de un texto por varias razones, porque es un objeto neutral, no proviene de la experiencia particular de la víctima, ni del victimario, ni del chocoano ni del bogotano; es un objeto para compartir en el aula de clase y fuera de ella, pero sobre todo en el aula de clase porque ahí es donde los niños y las niñas deben aprender a leer, no solamente alfabetizarse, sino entender con profundidad.
Lo que hacemos con ese texto es disfrutarlo de inmediato. Ni los niños ni los maestros disfrutan los textos. ¿Cómo hacemos disfrutar un texto difícil? Leerlo en voz alta. Nos preguntamos ¿a quién no le gusta que le lean en voz alta, especialmente cuando nos ocupamos los demás con una manualidad?
El segundo paso es hacerle una pregunta al texto, esto es facilísimo, los niños y las niñas saben hacer preguntas, mientras que los adultos solemos decirles que no hagan tantas, lo cual es contraproducente cuando se habla de desarrollar una capacidad de pensamiento crítico, de escuchar. Cada participante es un investigador, un interrogador del texto, en vez de ser víctima de una maestra que le hace preguntas.
Entonces hacemos las preguntas en voz alta, y después las colgamos anónimamente en un tendedero de ropas a manera de literatura de cordel.
¿Y qué pasa cuando vemos las preguntas? A veces no recordamos quién hizo qué pregunta, pero si nos interesa tal pregunta, la adoptamos y especulamos sobre una posible respuesta; es una oportunidad de entablar una conversación, de escribir correctamente, con la ortografía y la puntuación adecuadas, porque hace falta practicar esa parte también. Cuando volvemos a publicar las respuestas en el tendedero vemos que hemos sido adoptados y considerados por alguien.
El tercer momento del protocolo Pre-textos invita a hacer arte del texto, y seguimos poniendo al participante en el centro de su aprendizaje. Se habla mucho en la educación contemporánea de poner al estudiante en el centro de su aprendizaje. ¿cómo se logra eso? Con preguntas como ¿Qué quieren hacer ustedes? A lo que usualmente se responde: pues vamos a bailarlo, y otro dice vamos a pintarlo, y una dice vamos a hacer moda y otra dice un diseño de arquitectura; cualquier actividad creativa, recetas de cocina, pasarelas de moda, batucadas, lo que sea; trenzar cabello en el chocó, todo sirve cuando es creativo.
Se va al texto constantemente como una cajita de herramientas para sacar una hebra que permite dominar el texto como nadie y construir conocimiento de forma colectiva, lúdica y creativa.
Extractos de la entrevista a Doris Sommer, profesora del área de Lenguas Romances, Literatura y Estudios Afroamericanos de la Universidad de Harvard, y creadora del Programa Pre Textos.
Link al artículo: https://www.eafit.edu.co/investigacion/noticias/Paginas/acupuntura-pedagojica.aspx
